¿Qué es la revitalización de iglesias?
La revitalización es el proceso mediante el cual una iglesia redescubre su propósito en Cristo, renueva su pasión por el Evangelio y recupera su misión en la ciudad. No se trata solo de cambiar estructuras, sino de un volver a vivir desde el corazón del Evangelio.
“Despierta, y afirma las cosas que quedan, que están a punto de morir; porque no he hallado completas tus obras delante de mi Dios.”
— Apocalipsis 3:2
Creemos que Dios no ha terminado con su iglesia. Muchas congregaciones que hoy parecen estancadas, pueden volver a florecer si regresan a su primer amor: Jesucristo.
Nuestro proceso:
Descanzando en la obra continua del Espiritu Santo en su Iglesia, acompañamos a iglesias locales en un proceso profundo de transformación espiritual y estructural. Cada revitalización es única, pero seguimos principios comunes:
Escucha y evaluación pastoral
Diagnóstico espiritual, ministerial y relacional.
Redescubrimiento del Evangelio
Volver al centro: Cristo y su gracia.
Renovación de visión y misión
Redefinir propósito y estrategias en comunidad.
Formación de nuevos líderes
Levantar discípulos que lideren con humildad y fe.
Reestructuración y relanzamiento
Adaptar ministerios, estructuras y cultura para la misión.
Lo que hacemos en Juntos por Quito
A través de Juntos por Quito acompañamos a iglesias en crisis, estancamiento o desgaste a redescubrir su propósito. No ofrecemos soluciones superficiales, sino un camino de renovación profunda centrada en el Evangelio.
Brindamos:
- Acompañamiento espiritual y pastoral.
- Diagnóstico misional y asesoría estratégica.
- Formación bíblica para líderes y miembros.
- Conexión con iglesias revitalizadas y en proceso.
- Recursos de City to City y redes de apoyo en la ciudad.

¿Tu iglesia necesita revitalización? Conversemos
No estás solo. Si eres pastor, líder o miembro de una iglesia que siente que ha perdido fuerza o dirección, queremos caminar contigo. Hay esperanza. Cristo puede soplar nueva vida sobre su iglesia.
“El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
— Apocalipsis 2:7